martes, 29 de diciembre de 2015

Próxima parada, 2016.

Hace un año escribí una entrada parecida, en la que hablaba sobre el 2014 y todo lo que me aportó, todo lo que se fue y todo lo que llegó. 365 días han pasado y no me creo que todo lo que me ha pasado pueda ocurrir en tan poco tiempo.
Hablamos de un año como si de una eternidad se tratase y no somos muy conscientes de que por lo general, este tiempo se suele pasar en un solo pestañeo. Miro hacia atrás en el tiempo y no me creo que todo eso sea sólo un año. No es posible.
En 2014 me pasaron cosas maravillosas, que de hecho, nombre en la entrada que escribí por aquel entonces, pero es que este 2015 no se queda atrás. De hecho, puedo decir que este año ha sido uno de los mejores de mi vida. 
Lo mejor de mi cumpleaños es empezar el año prácticamente celebrándolo. Qué alegría me da cumplir años y sentir por un día que el mundo se para para felicitarme. Es algo que no puedo remediar y que, aunque sea ya mayor, me hace muchísima ilusión. No pasan ni dos meses cuando me encuentro camino a Italia en un avión. Sigo sin creerlo. Pisar Milán por primera vez en mi vida y verme rodeadas de mis compañeros y personas a las que aprecio tantísimo fue una experiencia única. Poder pasear por las calles de Florencia a tu lado es algo inolvidable. 
Tampoco he escatimado en fiestas y celebraciones, desde los caprichitos en conciertos que me he dado, como las bodas y bautizos de las personas que más quiero. 
Pero sin duda, algo totalmente inolvidable de este gran año han sido mis dos pequeñas. Hacía tanto tiempo que no veía caritas nuevas en mi familia, que no cabía en mí cuando vi por primera vez a mi primita en febrero, o de mi otro bebé en octubre. No sé si es mi amor por los niños o simplemente el sentimiento de familiaridad, pero me encantan. 
Estoy tan feliz por haber vivido este año cargado de positividad y buenas experiencias. Cumplir objetivos que me propuse el uno de enero y la satisfacción de haber visto como se cumplían.
Hablaría de las cosas que me han faltado, pero, ¿para qué lamentarse de lo que no se ha tenido cuando se puede disfrutar de lo obtenido?.
Ha pasado un año y aún sigo afirmando que tú eres mi mayor tesoro en esto que llamamos vida. No me arrepiento de nada de lo que hemos pasado y apostaría por mil vidas más contigo. Lo dije el año pasado y lo repito ahora; eres lo mejor de este año. 
Increíblemente, está acabando el año y ya hay grandes expectativas para el que entra. Empezando por mi mayoría de edad, continuando por mi graduación y como olvidar el nacimiento de otros dos bebés más en la familia. De verdad, no quepo en mí de la felicidad. 
Un gran año que finaliza y uno mucho mejor que entra. No bajo mis expectativas.
Os deseo un feliz año nuevo y una vida muy muy feliz.
Y a ti, que sé que vas a leer esto el primero de todos, espero que hayas disfrutado de este gran año lleno de subidas y bajadas, lleno de buenas experiencias y sobre todo, repleto de cariño y amor. Te amo de una manera que ni te imaginas. Por felicitarte el año nuevo y la vida nueva cada año que empieces a mi lado. "Brindo por nosotros y por ningún año más sin ti."

martes, 29 de septiembre de 2015

Lupa de visión aumentada

Deja de sacarle tantos fallos a tu vida y empieza a darte cuenta de lo afortunado que eres por tener todo lo que tienes en ella. Empieza a darte cuenta de lo que tienes y deja de pensar en todo lo ajeno que desearías tener. Estás aquí, en este preciso momento y debes ser feliz por ello. Ojo, que no digo que debas conformarte, al revés, lucha por un futuro en el que ser tan feliz como lo podrías ser ahora. Pero, mientras eso llega, ¿por qué no ser feliz con el presente?, ¿ser feliz con este instante?. Alza la mirada y fíjate en tu ahora, en las personas que tienes a tu alrededor y disfruta con ellas. Es el momento, es el ahora. Este instante nunca más se va a repetir, ¿por qué desperdiciarlo?. Ríe, llora, canta, baila. Nunca más vas a hacerlo en ese momento, con las mismas personas y el lugar exacto en el que ahora estás. Ahora, mira a izquierda y después a tu derecha. Esos que están ahí, son a los que de verdad le importas. Aprovecha cada segundo de tu vida para disfrutarlo con ellos. Son tu apoyo, son, aunque no lo creas, muy importantes en tu vida.
Y yo, miro a la izquierda y no veo, como muchos han dicho siempre, el lado malo de las cosas, si no muchísimas cosas buenas. Entre ellas, tú. Si, me paro y te miro como muchísimas otras veces, pero por primera vez me doy cuenta de que es hora de mirarte de otra manera, de ver en ti todas y cada una de las cosas buenas que me aportas. No son pocas. Ya lo dije una vez y lo repetiría todas las veces que pudiera, no hay casualidad más bonita que haberte encontrado. Estaba tan perdida hasta aquel día...no tenía ni idea de lo que era amor hasta que comprendí que mirarte a los ojos y ver en ti todo lo que yo no soy capaz de ver en mi era eso, amor. Porque te miro a los ojos y jamás había apreciado tanta serenidad en una persona. Ya te dije, "los ojos son el reflejo del alma". Veo como en ti no hay más que cosas buenas que aportar, ni la más mínima maldad hacia nada ni nadie. La esencia más grande que se puede encontrar en ti. Eres único y uno no se da cuenta de eso hasta que te tiene a su lado. Gracias por mirarme como me miras, es increíble todo lo que se puede sentir sólo con eso. 
Lo fácil que es mirar la vida cuando se camina hacia algo nuevo día a día junto a ti. Y, aunque mirar con lupa todas las cosas malas sea lo que más nos gusta en todas las relaciones, a veces hay que mirar de otra manera el día a día en el que vivimos y darnos cuenta de lo felices que podemos llegar a ser cuando compartimos una monotonía y un día a día con una persona especial. 
Que, en estos momentos, puedo asegurar que el 50% de las personas del mundo están mirando a su lado y no ven a otra persona más que a "esa" persona. Si, aunque lo nieguen, siempre habrá alguien con el que querrás compartir el aburrimiento y el día a día de tu vida. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Ruinas

Y te miro y veo el reflejo de la pura serenidad en ti, de la templanza entre tanto ruido. Me descoloca este frío que aparece en noches de septiembre, después de tanto fuego, después de tanta locura. Es irónico que a veces vengan las lágrimas después de las risas y no las risas después de tanto llanto. Siempre se escucha el dicho de "después de la tormenta siempre llega la calma", pero nadie habla de la devastación que realiza la temida tormenta, nadie habla de todas y cada una de las atrocidades que provoca. Ni Roma está tan derribada como tú ahora mismo. Te miro y veo Roma en tus ojos. La serenidad se esfuma y la tormenta fluye, y cuando calma, sólo quedan ruinas. Te miro y sólo quiero que vuelva a ti la felicidad, la inspiración que me transmitías día a día. Quiero que vuelva tu tú. Porque no hay mayor tristeza que ver tormenta en la persona que amas. 
Mi locura en mi cordura, mi Norte en el Sur, mi ying siendo el yang. Mi esperanza, mi agonía. Todo. Qué puedo pedir si no eres tú. Me necesitas como yo te he necesitado tantas veces, y siento que no puedo ofrecer ni la mitad de lo que tu me ofreciste por el simple echo de que en tu ruina se encuentra mi propio ser, y no encuentro la manera ni la fuerza de verme fuera de tu tormenta. No sé estar bien si tú no lo estás. Y quiero, más bien necesito ver que vuelves a sonreír. Que sea tu sonría en la mía, y la mía en la tuya. Que sean mis dedos rozando tu cuerpo lo más importantes en este momento. Que sean tus "te quiero" bajito en mi oído y nada más. Que te quiero aquí, y no allí entre tanta ruina. Te necesito conmigo, me necesitas contigo. Y me dejo hasta el alma con tal de ver como Roma se reconstruye en ti y vuelven los romanos a la vida. Renacer en tu propio ser. Amanecer después de tantos días de lluvia. Verano después de un mal invierno. 

Alegría, sólo eso necesito ver en ti. 

martes, 28 de julio de 2015

Conexión

Cómo pueden hablar de amor,
si nunca se han visto reflejados en tus pupilas,
brillantes, cristalinas y sencillas,
puro color café combinado con un verde intenso.

Cómo pueden hablar de amor,
si no saben verte cuando cierras los ojos mientras me besas.
Ver a través de ti y afirmar, más que saber,
si eres tú el que me completa.

Cómo pueden hablar de amor,
si no han visto el amanecer reflejado en la comisura de tu boca
al bostezar mientras te estirazas y aprietas los dedos signo de
nuevo día.

Cómo pueden hablar de amor,
si no entienden lo que significa complicidad y comprensión,
si no saben que estar juntos es sinónimo de dar sin pensar
en recibir, dar a cambio de nada.

Y es que amor, qué saben estos de amor,
si no saben lo que se siente cuando rozas mi
piel y sonrío, cuando me besas y ni el mismo
infierno dentro de mi. Cuando acaricias mi pelo
o me miras a los ojos y lo único que puedo sentir
es felicidad.

domingo, 31 de mayo de 2015

Recorrí una a una todas las pecas que te marcaban, conté todos los lunares que te completan y una vez más perdí la cuenta y volví a empezar. No te das cuenta que es la quinta vez seguida que comienzo de nuevo...uno, dos, tres...me vuelvo a perder, una vez más, porque no hay cosa que me encante más que poder recorrer tu cuerpo otra vez.
Estábamos hechos el uno para el otro, paralelamente adecuados, que sin embargo no podían estar juntos. En los cuentos siempre decían que los que se amaban eran los que acababan odiándose, pero no sabía que se podía cambiar la historia. Y te miro a los ojos y es así, no encuentro otra cosa que amor, que felicidad, porque esos ojos color café me inspiran, me invaden, me atrapan. Vivíamos cerca y tan lejos y ahora todo lo cerca que te tenga me parece poco. Mentiría si dijese que puedo estar sin ti. Esta monotonía en la que vivimos me absorbe y me encanta. Gracias incondicionales por hacerme reír entre tantos problemas. Gracias por saber escucharme y enseñarme a reírme de mis problemas. Gracias por ser alegría entre tanto yo, entre tanta inseguridad y miedo, fuiste ese pequeño detalle que hizo del final del 2014 lo mejor, y que está convirtiendo mi 2015 en un año inolvidable. Porque la vida es el conjunto de pequeños detalles que ocurren en ella, y la mía, quiero que sea el conjunto de detalles vividos contigo. Eres y serás tú mi mayor tesoro, te quiero.

lunes, 4 de mayo de 2015

Cambiemos las balas por besos.

Piso fuerte pero sin dejar huella, porque las pisadas sobre sentimientos duelen, yo prefiero dejar recuerdos más que cicatrices de una batalla perdida. Porque uno no sabe hasta que punto se puede ser feliz hasta que no se ve en el otro extremo, hasta que no ve cayendo de su mano todo aquello por lo que ha luchado. Por eso, esta batalla se convertirá en tregua para disfrutar la paz junto a ti. No quiero derrotas innecesarias ni heridos de balas perdidas cuando puede haber dos vencedores. Si, somos los ganadores de esta batalla y ahora nos toca disfrutar, cambiar las balas por besos y luchar por algo que aún está por llegar. Y sé que habrá nuevos roces que harán una nueva batalla, pero juntos, en el mismo bando y sólo si luchamos buscando el mismo objetivo, lograremos una vez más la tregua que tanto nos gusta. No estamos hechos para la batalla más que en una cama, así que dejemos eso de las balas y las espadas porque no es lo nuestro.
Apostando fuerte, jamás quise a nadie más que a ti. Y que pase el tiempo que quiera, que pasen miles de personas por mi vida porque me seguirás pareciendo mi más bonita casualidad.

lunes, 27 de abril de 2015

...

En ocasiones todo me sobrepasa. La inseguridad me acorrala y no hay forma de salir. Me siento apartada, fuera de lo que me rodea, y es muy agobiante ver como desencajas entre tanto rol y entre tantas personas. Y frustra querer ser y no poder. Siento que nunca, por mucho que me esfuerce, voy a conseguir llegar a mis objetivos, que nunca sabré lo que es ser feliz con eso que tanto ansiabas.

Llevo varios días en los que ni yo me reconozco y la única vía factible que conozco para el desahogo es escribir, porque nunca se me dio demasiado bien expresarme si no es a través de un bolígrafo. Y hay veces que lo único que necesito es que me escuchen, o simplemente que sepan estar a mi lado sin decir nada más. Eso es lo que me falta últimamente, la falta de afecto por parte de personas esenciales. Por eso me come el miedo. La costumbre era demasiado fácil y por eso ahora me falta. Necesito la monotonía de tus abrazos y tus besos, la monotonía de saber que sea como sea, siempre seré la primera opción. Necesito dejar de tener miedo por lo que pueda pasar y disfrutar del presente en el que vivo.
Ni la mejor entrada ni la mejor expresión, pero la necesidad de derramar un par de lágrimas y dejar aquí todo lo que pienso era totalmente necesario.

jueves, 16 de abril de 2015

Querido diario 2.0

Cojo nuevamente la rutina de escribir entre tus páginas, buscando la salida
o quién sabe el qué. 

[ http://youhavetobedifferent.blogspot.com.es/2014/12/querido-diario.html ]

1 de diciembre, poco más de cuatro meses desde la última vez escribí en este 'diario' que sólo tiene primera hoja. Ni intención tenía de continuarlo, pero hoy, por primera vez desde que escribí esa entrada, me he dado cuenta de la de cosas que han cambiado en tan poco tiempo. Y es que jamás entenderé la facilidad que tiene la vida de darle la vuelta a todo tipo de situaciones en las que vives. De hacer posible lo impensable, pero que aún así me pregunte día a día el por qué de que sigan sucediendo este tipo de casualidad. Lo llamaremos destino, algo en lo que nunca creí hasta que leí entre líneas y me di cuenta, entonces, que si no era destino, no hay otra manera de explicarlo. 
Me encontraba llena de dudas, inseguridad, pero sobre todo, miedo. Ninguna posibilidad de mejorar este año en sólo un mes, sólo buscaba una persona la cual ni si quiera sabia encontrar, o más bien no sabía acercar a mi. Polos opuestos, que a veces se atraen y otras sólo hacen alejarse. Y quién me diría a mi que si eso no fue casualidad o destino [como quieras llamarlo], iba a acabar con alguien como él.

No hay día que me alegre más por poder estar con él. Y puede que la gente no sepa por qué él, pero nadie más aparte de mi es capaz de ver lo que hay tras esa máscara en la que se esconde. Detrás de cada duro se esconde una historia, se esconde otra persona totalmente distinta. Nunca juzgues un libro por su portada, atrévete a abrirlo, a saber, a imaginar. No sé, darle la oportunidad. Y yo me enamoré del libro, de la portada, de cada una de sus páginas y de su historia. En estos cuatro meses me he dado cuenta que esta es la primera relación real por la que paso y eso me asusta un poco. No le veo final y la posibilidad de pensar en un futuro lejano también me aterra. Tampoco quiero impedimentos como pensar en el final ahora, porque no está en mis planes alejarme de él, y espero que en los suyos menos aún. Seamos felices ahora que podemos, ahora que debemos serlo. Yo, él, nadie más. Parece un buen plan, ¿no crees?. Porque cada día a su lado es un día nuevo y único por vivir. Le miro a los ojos y lo único que encuentro es felicidad. Creo que no me hace falta nada más. Antes, era impensable estar más de cinco segundos sosteniendo mi mirada en la suya, pero ahora...ahora soy capaz de quedarme horas mirándole y no me canso, me pierdo, me absorbe y me atrapa. Jamás pensé que unos ojos café iban a decirme tanto. 
Una vez más de muchas, mi inspiración. Y es que no te saco de mi cabeza, amor. 





miércoles, 1 de abril de 2015

Flashes.


Nos bastó un segundo y una tarde llena de sonrisas
para ser conscientes, una vez más, de todo 
lo que estaba ocurriendo a 
nuestro alrededor.

El reloj marcaba las 12:03, y qué absurdo acordarse
de una hora tan inexacta cuando no recuerdo
mucho más que el color del
atardecer reflejado en 
tus ojos.

Me vi tan cerca tuya que sentía como mi corazón
pasaba de cero a cien sin yo querer, 
sin yo saber qué hacer después,
cuando me miraste y te vi
por primera vez
tan tú.

Porque nadie sabría a ciencia cierta el cómo ni 
el por qué, aunque tampoco hace falta
que lo sepan. Tu y yo, y los demás
que especulen, la verdad
la guardamos
nosotros.



jueves, 5 de marzo de 2015

Roma o amor, como quieras llamarlo.

No tenía ni idea de lo fácil que era enamorarse de una ciudad,
de lo impresionante que es callejear por los más remotos lugares.
Desde una pequeña iglesia escondida entre edificios
a un impotente Coliseo en toda su esencia. Vistas que encantarían
hasta a la persona más fría del planeta. Miradores extraordinarios 
donde cualquiera se enamoraría de esa Cúpula del Vaticano
que se apreciaba desde lo más alto de Roma. 
Ay Roma...tanto que deseaba poder pisar tu asfalto, lo mucho
que he paseado sobre ellos este frío y a la vez cálido febrero
y lo rápido que se me pasó el tiempo estando allí. Que si, que me enamoré 
nuevamente, y lo haré cada vez que tenga la oportunidad de pasar
aunque fuese un segundo apreciando tu belleza. 
Pero no, esta vez ha sido única e inigualable, independientemente de lo que eres, 
fue más quién llevaba junto a mí que esta preciosa ciudad.
Que me enamoró Roma, pero Roma hizo que me enamorara más aún de ti. 
Porque nunca antes había apreciado la palabra "amor" hasta que supe
lo que era pasear de la mano mientras veía "Roma", mientras sabía 
que eras tú y no era nadie más al que quería junto a mi en ese 
momento.  Que la primera noche con la luz de la luna iluminando ese precioso
Duomo de Florencia, me di cuenta por primera vez en 2 meses
que te quería más de lo que nunca he querido a ningún otro.
Porque las rosas y los bombones sólo fueron el detalle,
lo que hay detrás de eso sólo tu y yo lo sabemos.
Que hoy más que nunca llevo a pecho que lo que en Roma pasa,
en Roma se queda. Pero el recuerdo siempre se quedará conmigo, y contigo
ni me pienso que hay mil y una más por vivir.
No se puede describir lo feliz que me sentía allí, teniendo mi ciudad favorita y
a mi chico favorito juntos. Pudiendo apreciar cada segundo allí con la
persona que me hace ver que todo es menos malo de lo que yo lo veo.
Los besos fueron pocos para todos lo que quería darte, a cada paso
que dábamos, en cada instante. Por cada mirada que te regalaba,
una palabra bonita que quería decirte. Parece mentira que alguien
como yo se vuelva tan tonta cuando se trata de amor.
Un recuerdo que no olvido, un recuerdo compartido.
Que Roma se volvió amor cuando puse el primer pie allí.
Que te quiero por cada día allí, y por mucho, mucho más.
Eres mi mejor casualidad.

domingo, 8 de febrero de 2015

No me cansaría de escribir si tú eres mi inspiración

Me encanta que seas así, tan tú. Con tus imperfecciones que me encantan y tu locura que me da la vida. Las tonterías que haces que me contagia tu alegría. No sé cómo explicar que eres mi pequeña felicidad. No esperaba a nadie cuando apareciste, y sin saber muy bien cómo, acabaste siendo al que más necesito día a día.
Que te quiero, y no te haces una idea de hasta dónde. Porque un “te quiero” no es más que palabrería si no se demuestra día a día, y tú me has demostrado que me quieres más que cualquiera lo ha podido hacer hasta ahora. Me has demostrado que sobran las palabras bonitas cuando me agarras de la mano y me haces ver que el mundo es menos malo cuando camino junto a ti. Mi fuerza al día cuando me dijiste aquella vez que podía conseguir todo lo que quisiera. ‘Helena, si quieres, puedes’. Y lo llevo tatuado a fuego porque ahora sí, confío en mí, gracias a ti. La estabilidad de mi vida y a la vez desaliento en esta montaña rusa llena de vaivenes. Dejé de pensar que la palabra “amor” estaba infravalorada cuando me di cuenta de que lo que hay detrás de ella es la verdadera felicidad. Porque sí que podría ser feliz de otras muchas maneras, pero yo quiero serlo así, con amor, contigo. Eres el lugar más remoto para viajar cuando uno quiere olvidarse de todo y desconectar.

No me cansaría de escribir cosas bonitas si tú eres quien me inspira, no podría parar de dedicarte cada palabra si lo que sintiese no fuese amor. Te has hecho esencial  en apenas dos meses y ni yo me lo explico, y quien piense que estoy loca que venga y me lo diga, porque yo le diré que mida mis pulsaciones cada vez que tengo la oportunidad de pasar un segundo junto a ti. Te quiero, y te lo repetiré hasta que te parezca pesada, te lo demostraré hasta cuando lo sepas de sobra, porque decirlo nunca está de más, porque no quiero que lo olvides, ni quiero que me olvides. 

viernes, 23 de enero de 2015

Ti voglio bene

Cómo explicar lo inexplicable, el quererte como norma y religión. Y que no parezca obsesivo, pero no me quito de la cabeza esa tonta manera de sonreír cuando me miras.
Que los más locos digan que me enamoro, los más cuerdos que me estoy volviendo loca por él, más todo lo que digan no lo puedo desmentir...jamás he sentido algo parecido. No le busco explicaciones, sé que no las hay. Tampoco las quiero, sólo quiero disfrutar de lo que hoy tengo y me hace feliz. Porque te aseguro que no existe momento que supere el estar entre sus brazos. Es un lugar...único. Me siento bien, me siento querida, arropada, protegida...me siento yo. Si, en ese momento y en todos los que paso a su lado, me siento más yo que con cualquier otra persona. No me da miedo ser espontánea y hacer cosas poco correctas, sé que no va a mirarme mal por ello. Soy yo, y él...pues creo que es él, porque eso es lo que más me gusta, todo lo que dice sin pensar y luego intenta rectificar sin resultado, sus caras tontas que me hacen reír, sus meteduras de pata, sus "te quiero", su sonrisa, cómo me coge de la mano y me hace llegar a un mundo en el que sólo existen dos...en definitiva, él. No lo cambiaría, ni dejaría que se marchara. No prometo un siempre, pero si prometo un ahora, le prometo un instante y un beso demás en una despedida. Le prometo una caricia y una sonrisa de las que tanto le gustan. Una caída entre risas y una estabilidad para no volver a caer. No sé, le prometo mi tiempo que es lo único que no se recupera y no tanta palabrería como las que se dicen ahora. 
Le quiero y no como quise a otros, le quiero como jamás hubiese pensado que se podía. Como si quisiese por primera vez, empezando de 0 y con ganas de conocer, con ilusión y entusiasmo. Le quiero como se quiere a un primer amor, con miedo por lo que pasará pero con ganas de que pase. 
Me aferro a todo lo que me da y yo, soy feliz con eso. No necesito más si está él. 

viernes, 9 de enero de 2015

Relief

Siempre, en todas las situaciones habidas y por haber, existe una espinita que siempre pincha cuando crees que has encontrado la felicidad al completo. En mi caso, es el miedo. ¿Por qué siempre tiene que perseguirme allá por donde vaya? Me encantaría poder confiar un poquito en mi misma y quererme aunque sea lo más mínimo.
El gran problema es que no quiero ser consciente de lo que estoy viviendo por si acaba, por si me decepcionan. No sé si estoy preparada para volver a pasarlo mal por alguien. Sin embargo, siempre me entrego, doy lo máximo de mi, y todas las veces acabo por los suelos. Y ahora, cuando la vida me sonríe y me da momentos increíbles los vivo con miedo. La pregunta constante es, ¿seré suficiente? y dudo de ello la mayoría de las veces, porque no quiero darme cuenta de que puede que eso sea verdad, que no llegue a lo que necesita, a lo que espera o a lo que quiere de otra persona para tenerla a su lado. Suena absurdo, pero es así. Lo tengo a mi lado, y no quiero que se vaya nunca. 
Aunque siendo sincera, no puedo esperar que me quieran cuando no me quiero ni yo misma. Unos días más y otros menos, pero nunca, nunca me he mirado al espejo y he estado conforme. Puede que sea eso lo que pasa. Puede que nunca acepte que alguien me vea como algo que yo no veo. Puede que siempre me parezca todo un gran sueño del que no quiero despertar. Demasiada inseguridad. Quiero que desaparezca. Aunque dudo que se vaya cuando hay personas que día a día me recuerdan lo que soy y lo que quiero dejar de ser. Muchas veces soy más fuerte que ellos y no les hago caso, pero siempre acaba afectando, lo quieras o no. Quiero ser fuerte cuando soy más débil de lo que pueda aparentar. 
Superaré mi miedo, lo sé. Dadme tiempo y fuerzas, que saldré adelante.