lunes, 27 de abril de 2015

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En ocasiones todo me sobrepasa. La inseguridad me acorrala y no hay forma de salir. Me siento apartada, fuera de lo que me rodea, y es muy agobiante ver como desencajas entre tanto rol y entre tantas personas. Y frustra querer ser y no poder. Siento que nunca, por mucho que me esfuerce, voy a conseguir llegar a mis objetivos, que nunca sabré lo que es ser feliz con eso que tanto ansiabas.

Llevo varios días en los que ni yo me reconozco y la única vía factible que conozco para el desahogo es escribir, porque nunca se me dio demasiado bien expresarme si no es a través de un bolígrafo. Y hay veces que lo único que necesito es que me escuchen, o simplemente que sepan estar a mi lado sin decir nada más. Eso es lo que me falta últimamente, la falta de afecto por parte de personas esenciales. Por eso me come el miedo. La costumbre era demasiado fácil y por eso ahora me falta. Necesito la monotonía de tus abrazos y tus besos, la monotonía de saber que sea como sea, siempre seré la primera opción. Necesito dejar de tener miedo por lo que pueda pasar y disfrutar del presente en el que vivo.
Ni la mejor entrada ni la mejor expresión, pero la necesidad de derramar un par de lágrimas y dejar aquí todo lo que pienso era totalmente necesario.

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