martes, 29 de septiembre de 2020

De ti para ti

Niña cobarde, que escondes tus sentimientos tras una sonrisa. Que guardas tus lágrimas en un pequeño tarro de cristal intentando no romperte en mil pedazos. Intentas mantener tu vida en orden mientras todo a tu alrededor se desmorona. 
¿En qué momento llegaste hasta aquí pequeña? ¿Por qué no te diste cuenta?
Esa máscara que llevas cada día se te queda más pequeña y cada vez te cuesta más esconder todas esas ruinas que llevas dentro. 
Te pones delante de un papel después de tantos años sin escribir ni una palabra y te crees que así, relatando todo este desastre, podrás sanarte sin causar más daño a tu alrededor.
Te equivocas.
Estas en ese límite, en ese instante en el que todo te supera, en el que miras lo que tienes y el daño que te hace y aún así te convences de que esto es lo que quieres el resto de tu vida.
¿De verdad estás tan segura?
Tienes tanto miedo...
"¿Por qué nada puede ser como antes?"
Te repites una y otra vez, la angustia te consume y solo quieres cumplir esas promesas imposibles que hiciste para que todo siguiese en orden, pero que, en realidad, nunca lo estuvo. 

jueves, 10 de mayo de 2018

3 años y mil pedazos

¿Cómo es posible creer conocer a alguien, y sin embargo llegar un momento en el que te parezca un auténtico desconocido? Todas las cosas que en algún momento ha dicho o hecho te parecen tan extrañas, porque ya no las hace, porque ya no las dice, porque ya no las siente. Parece de lo más ilógico, no se puede cambiar de una manera tan drástica. Pero...¿y si todo fue mentira? ¿Y si todo lo que te han hecho ver era solo una pequeña "mentira piadosa" de la cual acabas de ver la realidad? 

Qué vacío. Esta sensación que has sentido alguna vez, pero que nunca pensaste que iba a pesar tanto como en este momento, cuando entiendes que las mentiras, cuando son grandes, dan justamente en el alma. Donde no se pueden poner tiritas, donde nada sana, por mucha medicina que tomes. ¿Qué hacer cuando se escucha hueco en ti?, cuando de repente, nada te llena como antes. Cuando las cosas que te encantaban ya ni te entusiasman. 

Y qué pena. Que, pese a que todos hablen de que la felicidad dependa de uno mismo, venga alguien y pueda producir todo esto en ti. Pueda destruirte con solo dos palabras, y darse la vuelta como si realmente no hubiese provocado en ti toda una tormenta. Qué terribles las mentiras cuando salen de la boca de alguien a quien amas. Cómo queman; cómo matan. 

Pues si, que no te engañen. Te pueden destruir con dos palabras, al igual que reconstruir con otras dos. Por desgracia, este es el poder que le damos a las personas. Tienen toda nuestra confianza en sus manos; ellos deciden cómo jugar. A veces ganas, y recibes el mejor premio del mundo. Otras veces pierdes, y el juego entonces terminas. Las reglas no son difíciles, pero mucha gente se las salta. 

Definitivamente, todo el mundo necesita a alguien que le proporcione estabilidad, con la que pueda ganar siempre, y sentir que este premio de verdad merece la pena. Necesitamos gente con la que ganar, con las que sentir que el mundo es nuestro, que nos sobren las ganas y que nos falte tiempo para todo lo que queremos hacer. No dejes que te hagan perder más. No dejes que alguien se apodere de algo tan valioso. 


domingo, 5 de febrero de 2017

Qué manera más bonita y simple de ser feliz, perdiéndome una y mil vidas en ti. 
Después de dos años y casi dos meses, no te haces una pequeña idea de lo feliz que me hace poder despertarme y saber que estás a mi lado. 
Porque después de tanto tiempo, llega un momento en el que recapitulas y te pones a pensar en todo lo que has vivido y en lo que está sucediendo en tu vida. Hemos reído tanto, llorado tanto, abrazado tanto, besado tanto. Y es ese pensamiento que te llega a la mente y dices no, esto no me puede pasar nunca. ¿Una vida sin él? Eso no está en mis planes. Es justo ese lugar, ese tiempo y ese momento en el que no te hace falta nada más, en el que te quedarías toda tu vida, disfrutando y viviendo mil y una vez. 
No es fácil explicar los sentimientos que ahora mismo experimento, pero es bonito. Cada día que lo veo son nuevas sensaciones y nuevas experiencias que me llenan.
La rutina nunca me había gustado tanto, saber qué cara va a poner o que me diga "sabía que ibas a decir eso". Que se conozca mis expresiones al dedillo y que no se le pase ningún detalle cuando me mira. Estar rodeada de tantísimas personas y que para mí solo exista él. Buscar su mirada entre todos. Jamás en mi vida me había llenado tanto mirar a una persona y sentir que es mío, yo soy suya y que lo demás que pase alrededor nos sobra. Es complicidad, unión. Es que llega un momento en el que pasas de compartir un cachito de tu vida, a que tu vida se convierta en una sola. Que de todas las cosas que teníais en común, vayan naciendo más aún. Que sus costumbres y manías ahora sean las tuyas.
Han pasado dos años, y lo que estoy sintiendo este último mes no soy capaz de expresarlo con palabras. Estoy enamorada de ti desde aquel beso estudiando griego, me enamoro cada día, incluso en los malos. Me enamoro de tu forma tan sencilla de quererme. Me enamoro de cómo me miras, de tu humildad estando conmigo. De como me mimas, como si fuese la princesa de un cuento de hadas y tú fueses el mismísimo príncipe que me salvó de un temible dragón. Eres tan tú y yo soy tan yo, que creo que eso es lo que más me gusta de ser nosotros. Ojalá la vida fuese eterna y el tiempo no pasase tan veloz a tu lado. Ojalá mil vidas para pasarlas todas a tu lado. Por ser mi cómplice, mi mejor amigo, mi curandero, mi compañero de vida. Por ser mi suerte y mi alegría. Te amo más que nunca, pero nunca más que mañana. Por todo y por más, gracias. Eres todo lo que tengo y todo lo que necesito. Ojalá nunca se acabe esto tan bonito y poder verte sonreír todos los días de mi vida. Te adoro.

martes, 29 de diciembre de 2015

Próxima parada, 2016.

Hace un año escribí una entrada parecida, en la que hablaba sobre el 2014 y todo lo que me aportó, todo lo que se fue y todo lo que llegó. 365 días han pasado y no me creo que todo lo que me ha pasado pueda ocurrir en tan poco tiempo.
Hablamos de un año como si de una eternidad se tratase y no somos muy conscientes de que por lo general, este tiempo se suele pasar en un solo pestañeo. Miro hacia atrás en el tiempo y no me creo que todo eso sea sólo un año. No es posible.
En 2014 me pasaron cosas maravillosas, que de hecho, nombre en la entrada que escribí por aquel entonces, pero es que este 2015 no se queda atrás. De hecho, puedo decir que este año ha sido uno de los mejores de mi vida. 
Lo mejor de mi cumpleaños es empezar el año prácticamente celebrándolo. Qué alegría me da cumplir años y sentir por un día que el mundo se para para felicitarme. Es algo que no puedo remediar y que, aunque sea ya mayor, me hace muchísima ilusión. No pasan ni dos meses cuando me encuentro camino a Italia en un avión. Sigo sin creerlo. Pisar Milán por primera vez en mi vida y verme rodeadas de mis compañeros y personas a las que aprecio tantísimo fue una experiencia única. Poder pasear por las calles de Florencia a tu lado es algo inolvidable. 
Tampoco he escatimado en fiestas y celebraciones, desde los caprichitos en conciertos que me he dado, como las bodas y bautizos de las personas que más quiero. 
Pero sin duda, algo totalmente inolvidable de este gran año han sido mis dos pequeñas. Hacía tanto tiempo que no veía caritas nuevas en mi familia, que no cabía en mí cuando vi por primera vez a mi primita en febrero, o de mi otro bebé en octubre. No sé si es mi amor por los niños o simplemente el sentimiento de familiaridad, pero me encantan. 
Estoy tan feliz por haber vivido este año cargado de positividad y buenas experiencias. Cumplir objetivos que me propuse el uno de enero y la satisfacción de haber visto como se cumplían.
Hablaría de las cosas que me han faltado, pero, ¿para qué lamentarse de lo que no se ha tenido cuando se puede disfrutar de lo obtenido?.
Ha pasado un año y aún sigo afirmando que tú eres mi mayor tesoro en esto que llamamos vida. No me arrepiento de nada de lo que hemos pasado y apostaría por mil vidas más contigo. Lo dije el año pasado y lo repito ahora; eres lo mejor de este año. 
Increíblemente, está acabando el año y ya hay grandes expectativas para el que entra. Empezando por mi mayoría de edad, continuando por mi graduación y como olvidar el nacimiento de otros dos bebés más en la familia. De verdad, no quepo en mí de la felicidad. 
Un gran año que finaliza y uno mucho mejor que entra. No bajo mis expectativas.
Os deseo un feliz año nuevo y una vida muy muy feliz.
Y a ti, que sé que vas a leer esto el primero de todos, espero que hayas disfrutado de este gran año lleno de subidas y bajadas, lleno de buenas experiencias y sobre todo, repleto de cariño y amor. Te amo de una manera que ni te imaginas. Por felicitarte el año nuevo y la vida nueva cada año que empieces a mi lado. "Brindo por nosotros y por ningún año más sin ti."

martes, 29 de septiembre de 2015

Lupa de visión aumentada

Deja de sacarle tantos fallos a tu vida y empieza a darte cuenta de lo afortunado que eres por tener todo lo que tienes en ella. Empieza a darte cuenta de lo que tienes y deja de pensar en todo lo ajeno que desearías tener. Estás aquí, en este preciso momento y debes ser feliz por ello. Ojo, que no digo que debas conformarte, al revés, lucha por un futuro en el que ser tan feliz como lo podrías ser ahora. Pero, mientras eso llega, ¿por qué no ser feliz con el presente?, ¿ser feliz con este instante?. Alza la mirada y fíjate en tu ahora, en las personas que tienes a tu alrededor y disfruta con ellas. Es el momento, es el ahora. Este instante nunca más se va a repetir, ¿por qué desperdiciarlo?. Ríe, llora, canta, baila. Nunca más vas a hacerlo en ese momento, con las mismas personas y el lugar exacto en el que ahora estás. Ahora, mira a izquierda y después a tu derecha. Esos que están ahí, son a los que de verdad le importas. Aprovecha cada segundo de tu vida para disfrutarlo con ellos. Son tu apoyo, son, aunque no lo creas, muy importantes en tu vida.
Y yo, miro a la izquierda y no veo, como muchos han dicho siempre, el lado malo de las cosas, si no muchísimas cosas buenas. Entre ellas, tú. Si, me paro y te miro como muchísimas otras veces, pero por primera vez me doy cuenta de que es hora de mirarte de otra manera, de ver en ti todas y cada una de las cosas buenas que me aportas. No son pocas. Ya lo dije una vez y lo repetiría todas las veces que pudiera, no hay casualidad más bonita que haberte encontrado. Estaba tan perdida hasta aquel día...no tenía ni idea de lo que era amor hasta que comprendí que mirarte a los ojos y ver en ti todo lo que yo no soy capaz de ver en mi era eso, amor. Porque te miro a los ojos y jamás había apreciado tanta serenidad en una persona. Ya te dije, "los ojos son el reflejo del alma". Veo como en ti no hay más que cosas buenas que aportar, ni la más mínima maldad hacia nada ni nadie. La esencia más grande que se puede encontrar en ti. Eres único y uno no se da cuenta de eso hasta que te tiene a su lado. Gracias por mirarme como me miras, es increíble todo lo que se puede sentir sólo con eso. 
Lo fácil que es mirar la vida cuando se camina hacia algo nuevo día a día junto a ti. Y, aunque mirar con lupa todas las cosas malas sea lo que más nos gusta en todas las relaciones, a veces hay que mirar de otra manera el día a día en el que vivimos y darnos cuenta de lo felices que podemos llegar a ser cuando compartimos una monotonía y un día a día con una persona especial. 
Que, en estos momentos, puedo asegurar que el 50% de las personas del mundo están mirando a su lado y no ven a otra persona más que a "esa" persona. Si, aunque lo nieguen, siempre habrá alguien con el que querrás compartir el aburrimiento y el día a día de tu vida. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Ruinas

Y te miro y veo el reflejo de la pura serenidad en ti, de la templanza entre tanto ruido. Me descoloca este frío que aparece en noches de septiembre, después de tanto fuego, después de tanta locura. Es irónico que a veces vengan las lágrimas después de las risas y no las risas después de tanto llanto. Siempre se escucha el dicho de "después de la tormenta siempre llega la calma", pero nadie habla de la devastación que realiza la temida tormenta, nadie habla de todas y cada una de las atrocidades que provoca. Ni Roma está tan derribada como tú ahora mismo. Te miro y veo Roma en tus ojos. La serenidad se esfuma y la tormenta fluye, y cuando calma, sólo quedan ruinas. Te miro y sólo quiero que vuelva a ti la felicidad, la inspiración que me transmitías día a día. Quiero que vuelva tu tú. Porque no hay mayor tristeza que ver tormenta en la persona que amas. 
Mi locura en mi cordura, mi Norte en el Sur, mi ying siendo el yang. Mi esperanza, mi agonía. Todo. Qué puedo pedir si no eres tú. Me necesitas como yo te he necesitado tantas veces, y siento que no puedo ofrecer ni la mitad de lo que tu me ofreciste por el simple echo de que en tu ruina se encuentra mi propio ser, y no encuentro la manera ni la fuerza de verme fuera de tu tormenta. No sé estar bien si tú no lo estás. Y quiero, más bien necesito ver que vuelves a sonreír. Que sea tu sonría en la mía, y la mía en la tuya. Que sean mis dedos rozando tu cuerpo lo más importantes en este momento. Que sean tus "te quiero" bajito en mi oído y nada más. Que te quiero aquí, y no allí entre tanta ruina. Te necesito conmigo, me necesitas contigo. Y me dejo hasta el alma con tal de ver como Roma se reconstruye en ti y vuelven los romanos a la vida. Renacer en tu propio ser. Amanecer después de tantos días de lluvia. Verano después de un mal invierno. 

Alegría, sólo eso necesito ver en ti. 

martes, 28 de julio de 2015

Conexión

Cómo pueden hablar de amor,
si nunca se han visto reflejados en tus pupilas,
brillantes, cristalinas y sencillas,
puro color café combinado con un verde intenso.

Cómo pueden hablar de amor,
si no saben verte cuando cierras los ojos mientras me besas.
Ver a través de ti y afirmar, más que saber,
si eres tú el que me completa.

Cómo pueden hablar de amor,
si no han visto el amanecer reflejado en la comisura de tu boca
al bostezar mientras te estirazas y aprietas los dedos signo de
nuevo día.

Cómo pueden hablar de amor,
si no entienden lo que significa complicidad y comprensión,
si no saben que estar juntos es sinónimo de dar sin pensar
en recibir, dar a cambio de nada.

Y es que amor, qué saben estos de amor,
si no saben lo que se siente cuando rozas mi
piel y sonrío, cuando me besas y ni el mismo
infierno dentro de mi. Cuando acaricias mi pelo
o me miras a los ojos y lo único que puedo sentir
es felicidad.