martes, 21 de octubre de 2014

Dream.

Hoy me dio por quererte un poquito más de la cuenta, por imaginar cosas improbables y hacer de eso sueños, sueños que lo más probable es que no se cumplan, pero aún así vivo con la esperanza de que suceda. Pongo como ejemplo el tenerte, sé que nunca será posible; sin embargo vivo pensando que algún día, por algún motivo inexplicable todo lo que pienso y quiero se podría cumplir, y espero con eso que mi primer deseo (tú), venga a mi vida como algo inalcanzable en mis manos, y que por lo tanto la euforia del momento me llene y haga de mi una persona una pizca más feliz.
No te haces una idea de la estupidez tan grande que puede ser eso de pensarte, el  tenerte en mi mente las 24 horas del día y aún así saber que es poco para todo lo que necesitas. Si, es una necesidad, por el simple echo de que si no te tuviese en mi mente y mucho menos en mis brazos , me volvería más loca de lo que estoy. Tu esencia ha de estar en mí, de alguna manera u otra. No quiero que suene obsesivo, simplemente quiero que parezca lo que es, una necesidad inalcanzable que en muchas ocasiones me lleva a la locura. Tú me vuelves loca. Con esa peculiar manera de andar y de despeinarte el flequillo. Con esos ojos marrones que hacen que vea un mundo en ti. Esa sonrisa no es más que el principio de mi felicidad; porque sí, es el simple gesto de devolverme amablemente una sonrisa el momento más esperado del día. Hazte una idea de lo que podrías crear en una persona con el simple echo de prestarle un minuto de tu tiempo.
No puedo olvidar cada detalle que hay en ti, es imposible no nombrar tu manera tan extraordinaria de ver la vida, despreocupado y viviendola al día. Ojalá ya pudiese ser igual que tú en ese aspecto, no pensar en el futuro y en nadie más que no fuese yo, pero siempre acabas apareciendo entre tanto alboroto de pensamientos, y por unos instantes recupero la calma y todo lo demás se esfuma.
Ya no queda más que las mil historias que me imagino e invento junto a ti, una vez más todo es un sueño, pero aún siéndolo tengo la esperanza de que todo eso se cumpla, que no quede en un "ojalá" y que, de una vez por todas, por algún extraño motivo te fijes en la chica que siempre pasa por tu lado, a la que cada vez que miras te regala una de las más sinceras sonrisas que pueda obsequiar a alguien. En ese momento te darás cuenta de que te necesita, que le haces falta, aún sin saber el daño que le puedes causar. Te quiere, y merece una oportunidad, aunque no sea la chica perfecta ni se acerque a serlo, pero lo más probable es que cuando menos te lo esperes tú sientas lo mismo que ella, y a lo mejor ya es tarde para corresponder.

domingo, 12 de octubre de 2014

Rain day.

En días como hoy, lluviosos y oscuros, ¿No os pasa que os volvéis negativos? Todo lo que miro, no lo veo de la misma manera que la de todos los días. Las gotas de agua cayendo sólo me hacen estar triste, sin ningún motivo aparente. Es por eso por lo que no me gusta los días así, porque todo tanto dentro, como fuera de mi mundo se vuelve terriblemente oscuro. Eso no quiere decir que cualquier otro día no me pueda pasar eso, simplemente que en estos días me pongo especialmente triste.
No se ve el sol iluminar las calles, ni tampoco el reflejo de este en el agua del mar, que tan bonito se ve en días así. No se ven los pájaros volando y posándose en los árboles. Tampoco se puede apreciar la brisa otoñal que corre mientras te pica el sol en la piel, sin molestarte si quiera un poco. Apreciar el atardecer en días así se hace imposible, tan sólo se ven nubes y un color oscurecido de las calles. Una sensación constante de creer que son las siete de la tarde todo el día, y en cambio tan sólo son las doce del medio día.
Me tumbo en la cama y lo único que me agrada de días así es la tranquilidad que se puede oír de fuera, sólo silencio, sin un sonido de gente gritando ni coches pasando. Sólo el choque inmediato de las gotas de lluvia con el suelo, creando pequeños charcos que cuando amaina me gusta ver, sabiendo así que vuelve el sol y la oscuridad se va para dar paso a los rayos de sol que salen poco a poco de entre las nubes.
Es por eso, que en ocasiones me gustan, y en otras no tanto. Me gusta escuchar su sonido, pero no me gusta la oscuridad que esta conlleva. Me gusta pasar el día entero tumbada en la cama, sin más, reflexionando, pero en cambio no me gusta tener la obligación de esto, ya que si días así aparecen, la posibilidad de pisar la calle es descartada. Pero sin duda, lo que más me gusta y me disgusta, es que llueva, porque es síntoma de sentimientos negativos, pero a la vez te da a entender que, cuando cese, todo volverá a ir bien, el sol saldrá y serás capaz de dejar atrás la oscuridad y ver nuevamente la claridad de la felicidad.