martes, 29 de septiembre de 2015

Lupa de visión aumentada

Deja de sacarle tantos fallos a tu vida y empieza a darte cuenta de lo afortunado que eres por tener todo lo que tienes en ella. Empieza a darte cuenta de lo que tienes y deja de pensar en todo lo ajeno que desearías tener. Estás aquí, en este preciso momento y debes ser feliz por ello. Ojo, que no digo que debas conformarte, al revés, lucha por un futuro en el que ser tan feliz como lo podrías ser ahora. Pero, mientras eso llega, ¿por qué no ser feliz con el presente?, ¿ser feliz con este instante?. Alza la mirada y fíjate en tu ahora, en las personas que tienes a tu alrededor y disfruta con ellas. Es el momento, es el ahora. Este instante nunca más se va a repetir, ¿por qué desperdiciarlo?. Ríe, llora, canta, baila. Nunca más vas a hacerlo en ese momento, con las mismas personas y el lugar exacto en el que ahora estás. Ahora, mira a izquierda y después a tu derecha. Esos que están ahí, son a los que de verdad le importas. Aprovecha cada segundo de tu vida para disfrutarlo con ellos. Son tu apoyo, son, aunque no lo creas, muy importantes en tu vida.
Y yo, miro a la izquierda y no veo, como muchos han dicho siempre, el lado malo de las cosas, si no muchísimas cosas buenas. Entre ellas, tú. Si, me paro y te miro como muchísimas otras veces, pero por primera vez me doy cuenta de que es hora de mirarte de otra manera, de ver en ti todas y cada una de las cosas buenas que me aportas. No son pocas. Ya lo dije una vez y lo repetiría todas las veces que pudiera, no hay casualidad más bonita que haberte encontrado. Estaba tan perdida hasta aquel día...no tenía ni idea de lo que era amor hasta que comprendí que mirarte a los ojos y ver en ti todo lo que yo no soy capaz de ver en mi era eso, amor. Porque te miro a los ojos y jamás había apreciado tanta serenidad en una persona. Ya te dije, "los ojos son el reflejo del alma". Veo como en ti no hay más que cosas buenas que aportar, ni la más mínima maldad hacia nada ni nadie. La esencia más grande que se puede encontrar en ti. Eres único y uno no se da cuenta de eso hasta que te tiene a su lado. Gracias por mirarme como me miras, es increíble todo lo que se puede sentir sólo con eso. 
Lo fácil que es mirar la vida cuando se camina hacia algo nuevo día a día junto a ti. Y, aunque mirar con lupa todas las cosas malas sea lo que más nos gusta en todas las relaciones, a veces hay que mirar de otra manera el día a día en el que vivimos y darnos cuenta de lo felices que podemos llegar a ser cuando compartimos una monotonía y un día a día con una persona especial. 
Que, en estos momentos, puedo asegurar que el 50% de las personas del mundo están mirando a su lado y no ven a otra persona más que a "esa" persona. Si, aunque lo nieguen, siempre habrá alguien con el que querrás compartir el aburrimiento y el día a día de tu vida. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Ruinas

Y te miro y veo el reflejo de la pura serenidad en ti, de la templanza entre tanto ruido. Me descoloca este frío que aparece en noches de septiembre, después de tanto fuego, después de tanta locura. Es irónico que a veces vengan las lágrimas después de las risas y no las risas después de tanto llanto. Siempre se escucha el dicho de "después de la tormenta siempre llega la calma", pero nadie habla de la devastación que realiza la temida tormenta, nadie habla de todas y cada una de las atrocidades que provoca. Ni Roma está tan derribada como tú ahora mismo. Te miro y veo Roma en tus ojos. La serenidad se esfuma y la tormenta fluye, y cuando calma, sólo quedan ruinas. Te miro y sólo quiero que vuelva a ti la felicidad, la inspiración que me transmitías día a día. Quiero que vuelva tu tú. Porque no hay mayor tristeza que ver tormenta en la persona que amas. 
Mi locura en mi cordura, mi Norte en el Sur, mi ying siendo el yang. Mi esperanza, mi agonía. Todo. Qué puedo pedir si no eres tú. Me necesitas como yo te he necesitado tantas veces, y siento que no puedo ofrecer ni la mitad de lo que tu me ofreciste por el simple echo de que en tu ruina se encuentra mi propio ser, y no encuentro la manera ni la fuerza de verme fuera de tu tormenta. No sé estar bien si tú no lo estás. Y quiero, más bien necesito ver que vuelves a sonreír. Que sea tu sonría en la mía, y la mía en la tuya. Que sean mis dedos rozando tu cuerpo lo más importantes en este momento. Que sean tus "te quiero" bajito en mi oído y nada más. Que te quiero aquí, y no allí entre tanta ruina. Te necesito conmigo, me necesitas contigo. Y me dejo hasta el alma con tal de ver como Roma se reconstruye en ti y vuelven los romanos a la vida. Renacer en tu propio ser. Amanecer después de tantos días de lluvia. Verano después de un mal invierno. 

Alegría, sólo eso necesito ver en ti.