viernes, 9 de enero de 2015

Relief

Siempre, en todas las situaciones habidas y por haber, existe una espinita que siempre pincha cuando crees que has encontrado la felicidad al completo. En mi caso, es el miedo. ¿Por qué siempre tiene que perseguirme allá por donde vaya? Me encantaría poder confiar un poquito en mi misma y quererme aunque sea lo más mínimo.
El gran problema es que no quiero ser consciente de lo que estoy viviendo por si acaba, por si me decepcionan. No sé si estoy preparada para volver a pasarlo mal por alguien. Sin embargo, siempre me entrego, doy lo máximo de mi, y todas las veces acabo por los suelos. Y ahora, cuando la vida me sonríe y me da momentos increíbles los vivo con miedo. La pregunta constante es, ¿seré suficiente? y dudo de ello la mayoría de las veces, porque no quiero darme cuenta de que puede que eso sea verdad, que no llegue a lo que necesita, a lo que espera o a lo que quiere de otra persona para tenerla a su lado. Suena absurdo, pero es así. Lo tengo a mi lado, y no quiero que se vaya nunca. 
Aunque siendo sincera, no puedo esperar que me quieran cuando no me quiero ni yo misma. Unos días más y otros menos, pero nunca, nunca me he mirado al espejo y he estado conforme. Puede que sea eso lo que pasa. Puede que nunca acepte que alguien me vea como algo que yo no veo. Puede que siempre me parezca todo un gran sueño del que no quiero despertar. Demasiada inseguridad. Quiero que desaparezca. Aunque dudo que se vaya cuando hay personas que día a día me recuerdan lo que soy y lo que quiero dejar de ser. Muchas veces soy más fuerte que ellos y no les hago caso, pero siempre acaba afectando, lo quieras o no. Quiero ser fuerte cuando soy más débil de lo que pueda aparentar. 
Superaré mi miedo, lo sé. Dadme tiempo y fuerzas, que saldré adelante. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario