domingo, 19 de enero de 2014

Falsas sonrisas en días tristones.

Es necesaria más de una dosis de felicidad, más de una lágrima deslizándose por tu mejilla y más de un grito de agobio y desesperación para darse cuenta de cómo realmente te sientes, y cómo realmente piensa que nos sentimos. Porque a veces no es necesaria una sonrisa de oreja a oreja para ser feliz ni llorar hasta quedarte sin respiración para estar triste; sólo es necesaria una mirada de una persona contenta que, aparentando cualquier otra cosa, veas reflejada en ella lo feliz que se siente, al igual que una persona que regala felicidad a la hora de la verdad ves como cuando no se deja ver, de sus ojos caen lágrimas que delatan lo mal que se siente. 
Y quizás, más de una vez sientas que se te cae el mundo encima y aún así seas incapaz de mostrarle al mundo que eso es así. No te escondas detrás de una falsa sonrisa, no decaigas en algo tan sencillo como ocultar tus problemas y no tengas miedo a que el mundo se acerque, te ayude a levantarte y superar el bache. Porque realmente no hay días malos si uno mismo es capaz de convencerse de que puede ser un gran día, no hay mayor motivo para sonreír que estar vivo, así que no te vuelvas a esconder detrás de una mentira y muestra como realmente te sientes, al final serás capaz de de salir de cualquier situación mala en la que te encuentres.

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