miércoles, 4 de enero de 2012

All fuck the distance.

La distancia, kilómetros, millas, horas, días... todo esto nos separa de esa persona a la que queremos, que el destino nos ha dado un lugar distinto para vivir que a esa persona. Los días se hacen eternos, la única manera de hablar con esa persona, es por internet o bien por teléfono, quizás, con diferencia horaria, por lo tanto se hace complicado hablar con esa persona.
Día a día, luchamos, por poder verla por poder darle un gran abrazo, un beso, una acaricia, un susurro al oído, todo se hace imposible y el pesimismo se adueña de nosotros. No somos capaces de continuar con nuestra vida, teniendo a esa persona tan lejos de nosotros, tan distante a nuestra vida, cuando queremos que esté muy presente, tenemos miedo de no poder llegar a encontrarnos nunca, que la vida no nos dé la posibilidad de conocernos en persona, de disfrutar de unos días increíbles juntos, o simplemente de robarle un mísero beso.
La única manera que tenemos de desahogarnos es hablando con esa persona, contándole como nos ha ido el día, los anécdotas de nuestras vacaciones, las horas intensas que empleamos para convencer a nuestros padres por irnos al lugar donde esa persona vive, de vacaciones, esperando conseguir verla de una vez por todas.

Después de mucho tiempo, sin verla, sin besarla, sin abrazarla, sin acariciarla ni decirle al oído cuanto la queremos, entramos en un bucle de tristeza, lágrima a lágrima, repetitivamente, queremos dar fin a nuestra dolorosa distancia, que separa dos almas que están hechas la una para la otra.

Es otra etapa más de mi vida, que por desgracia o suerte, me ha tocado vivir.

1 comentario:

  1. Maldita distancia... si no fuera tanta... quizás hoy, ahora, podríamos ser un nosotros... y no sólo la "yo" deprimida que te está escribiendo esto...

    ResponderEliminar