domingo, 31 de mayo de 2015

Recorrí una a una todas las pecas que te marcaban, conté todos los lunares que te completan y una vez más perdí la cuenta y volví a empezar. No te das cuenta que es la quinta vez seguida que comienzo de nuevo...uno, dos, tres...me vuelvo a perder, una vez más, porque no hay cosa que me encante más que poder recorrer tu cuerpo otra vez.
Estábamos hechos el uno para el otro, paralelamente adecuados, que sin embargo no podían estar juntos. En los cuentos siempre decían que los que se amaban eran los que acababan odiándose, pero no sabía que se podía cambiar la historia. Y te miro a los ojos y es así, no encuentro otra cosa que amor, que felicidad, porque esos ojos color café me inspiran, me invaden, me atrapan. Vivíamos cerca y tan lejos y ahora todo lo cerca que te tenga me parece poco. Mentiría si dijese que puedo estar sin ti. Esta monotonía en la que vivimos me absorbe y me encanta. Gracias incondicionales por hacerme reír entre tantos problemas. Gracias por saber escucharme y enseñarme a reírme de mis problemas. Gracias por ser alegría entre tanto yo, entre tanta inseguridad y miedo, fuiste ese pequeño detalle que hizo del final del 2014 lo mejor, y que está convirtiendo mi 2015 en un año inolvidable. Porque la vida es el conjunto de pequeños detalles que ocurren en ella, y la mía, quiero que sea el conjunto de detalles vividos contigo. Eres y serás tú mi mayor tesoro, te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario